lunes, 23 de marzo de 2015

Educación, respeto y carácter

 Que su sol sea brillante. Escribiremos ahora sobre educación, cuya misión la tienen en absoluto los padres. Y no confundamos educación con instrucción. pues ni en las escuelas públicas ni privadas se educa actualmente. El ser humano tiene una herencia genética constituida por la estatura, el color de los ojos, de la piel e inclusive el color del pelo; y de su funcionamiento endocrino tiene el carácter. En algunos seres humanos dicho carácter puede ir desde el llamado flemático hasta el hipócrita, y es misión de los padres educar a sus hijos para que su carácter no sólo sea en beneficio de sí mismo sino de la sociedad, pues el hombre no vive aislado de los demás.

 Pero el carácter debe llevar a la persona educada a respetar a todos, a no aprovecharse de los demás, a respetarlos, aunque el miembro de la sociedad sea un anciano. En la Gran Tenochtitlan era tal la importancia de los ancianos, que estos conformaban el gran consejo al que no pocas veces recurría el gran Tlatoani. En la actualidad nadie respeta a los ancianos, pues esta costumbre de considerar a los ancianos seres inservibles fue heredada por los gachupines, (al llamarlos gachupines lo hago con el afán de distinguirlos de los madrileños, pues españoles no son los sevillanos, como tampoco lo son los de Galicia y otros conquistados por la fuerza por los reyes católicos). 

 Eduquemos a los niños, eduquemos al joven, eduquemos a las niñas y jovencitas, pues sin educación el México actual va hacia un despeñadero social y provocará la aparición de más niños que apliquen el hoy llamado bullying en sus comunidades. Si alguno de los lectores se interesa por alguna conferencia sobre educación y carácter, hágamelo saber a través de El Afirmativo, pues ahora a mi edad y con amargas experiencias me es fácil el tratar de ayudar a mis semejantes. 


 Prof. Virgilio Raso

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