lunes, 23 de marzo de 2015

En silencio



Ahora que necesitas que escriba en ficción literaria, te comprendí a la perfección, no tuviste que pronunciar palabra, es mas, ni siquiera podrías, pues hace mucho tiempo los seres humanos ya no pronunciamos palabra. Hemos quedado mudos, abrimos la boca para comer, bostezar, estornudar y a veces besar... pero ya no hablamos.
A cambio de ello hemos desarrollado el poder de la interpretación, basta mirarnos para iniciar, desarrollar y concluir una conversación. Esto en otros tiempos, solo estaba reservados los enamorados. Ahora, si queremos sentirnos vivos, tenemos que mirar; y si queremos enamorar, tenemos que escribir.
El habla se fue perdiendo gradualmente, al cada vez necesitarse menos para comunicar. De por si , ya ni en la propia familia nos entendíamos y algunos teníamos largos periodos sin hablarnos aunque viviéramos en la misma casa.
No pocas veces dañamos profundamente con nuestras propias palabras, a los que mas amamos.
Otro factor que influyó para la perdida de la palabra dicha, fue sin duda, la sordera, fue tal la no escucha, que se consideró inútil hablar: Simplemente las personas imbuidas en la vorágine de la vida cotidiana, perdieron la capacidad de conversar consigo mismos, de llamarse por su nombre, muchos no supieron nunca su verdadero nombre, otros tantos, solo asumieron en silencio sus deberes y obligaciones, y los más, decidieron economizar la voz al saber que nadie los escuchaba.
Desde entonces todo fue por escrito y en el mejor de los casos: Mirando.
En una civilización en la que los privilegios se anularon y las obligaciones aumentaron para las mayorías. Ya no fue necesario charlar, convenir, conversar o acordar. Ahora todo eso se realiza con una mirada. Por ello supe que querías que escribiera un relato de ficción. Y helo aquí; a ver después cómo me miras.



Alma Vilchis

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